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Jornada sobre la Concientización del Consumo de Sal

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Hasta el 20 de marzo se celebra la Semana Mundial de Concientización sobre el Consumo de Sal. Este año, el lema de la campaña es ¡Sacude el hábito! y destacará un enfoque simple pero efectivo que todos podemos tomar para mejorar nuestra salud: ¡eliminar el hábito de la sal! Hace tiempo que sabemos que demasiada sal puede dañar nuestra salud y provocar muertes innecesarias por ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Con el objetivo de sensibilizar y concientizar sobre la importancia en la disminución del consumo de sal alumnas de la Licenciatura en Nutrición de la Universidad de la Cuenca del Plata, que se encuentran realizando sus prácticas profesionalizantes en el Hospital Pediátrico “Juan Pablo II”,  entregaron folletos y brindaron recomendaciones a las personas que se encontraban en el acceso al hospital.

El consumo excesivo de sal es causa de varias enfermedades crónicas

La producción creciente de alimentos elaborados cada vez más numerosos, la rápida urbanización y la evolución de los modos de vida están modificando los hábitos alimentarios. Los alimentos muy elaborados son cada vez más corrientes y asequibles. Las poblaciones del mundo entero consumen alimentos más ricos en energía que contienen muchas grasas saturadas, ácidos grasos trans, azúcar y sal. Esta última es la fuente principal de sodio, cuyo crecido consumo se asocia a la hipertensión y a un mayor riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.

Al mismo tiempo, al modificar sus hábitos alimentarios, las personas consumen menos frutas, verduras y fibras (presentes en los cereales integrales), que son los elementos clave de una alimentación sana. Las frutas y verduras contienen potasio, que contribuye a hacer bajar la tensión arterial.

En la alimentación, la sal puede provenir de alimentos elaborados, ya sea porque son particularmente ricos en sal (como platos preparados, carnes procesadas como el tocino, el jamón y el salame, quesos, tentempiés salados, fideos instantáneos, etc.), ya porque suelen consumirse en grandes cantidades (como el pan y los productos de cereales elaborados). También se añade sal a los alimentos durante la cocción (en forma de caldo o cubitos de caldo) o bien en la mesa (salsa de soja, salsa de pescado, sal de mesa).

Ahora bien, algunos fabricantes reformulan sus recetas a fin de reducir el contenido de sal de sus productos, y los consumidores deberían leer las etiquetas para elegir los productos de bajo contenido en sodio.

Recomendaciones para reducir el consumo de sal

Para los adultos: la OMS recomienda consumir menos de 5 gramos (un poco menos que una cuchara de té) de sal por día (1).

Para los niños: la OMS recomienda ajustar a la baja, para los niños de 2 a 15 años, la ingesta máxima recomendada para los adultos en función de las necesidades energéticas en relación con las de los adultos. Esta recomendación no comprende el periodo de lactancia natural exclusiva (de 0 a 6 meses), ni el de alimentación complementaria de la lactancia natural (de 6 a 24 meses).

Toda la sal que se consume debe ser yodada, es decir “enriquecida” con yodo, lo cual es esencial para un desarrollo sano del cerebro del feto y del niño pequeño, así como para optimizar las funciones mentales en general.

Algunas nociones sobre la sal, el sodio y el potasio

El sodio es un nutriente esencial necesario para mantener el volumen plasmático, el equilibrio acido básico, la transmisión de los impulsos nerviosos y el funcionamiento normal de las células.

El exceso de sodio tiene consecuencias nefastas para la salud, en particular la hipertensión arterial.

Los principales factores que contribuyen al consumo de sal en la alimentación dependen del marco cultural y de los hábitos alimentarios de una población.

El sodio se encuentra en estado natural en diversos alimentos, como la leche, la carne y los crustáceos. Suele estar presente en grandes cantidades en los alimentos elaborados, como el pan, los productos cárnicos elaborados y los tentempiés, así como en ciertos condimentos (salsa de soja o de pescado, por ejemplo).

También contiene sodio el glutamato de sodio, un aditivo alimentario utilizado en muchas partes del mundo.

El potasio es un nutriente esencial para el mantenimiento del volumen total de líquido en el organismo, el equilibrio acido básico y electrolítico, así como para el funcionamiento normal de las células.

Se encuentra habitualmente en diversos alimentos no elaborados, especialmente frutas y verduras.

El aumento de la ingesta de potasio hace disminuir la tensión arterial sistólica y diastólica en los adultos.

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